lunes, 9 de abril de 2018

¡Anímate!

Para aquellas personas que no lo sabían, tocar un instrumento aporta muchos beneficios a las personas que así lo hacen. La práctica constante nos ayuda a mejorar las habilidades del lenguaje, la memoria, la inteligencia espacial o la conducta.

La constancia y la perseverancia son esenciales para poder tocar un instrumento, ya que muchas personas intentan tocar un instrumento pero lo acaban dejando porque se cansan muy pronto o porque no ven resultados.

Un estudio realizado por Lutz Jäncke, profesor del Instituto Tecnológico de Zurich, con niños de 6 años, a quienes enseño a tocar un instrumento durante 15 meses, demostró que todos los menores experimentaron cambios en su anatomía cerebral. Los cambios empiezan a notarse a partir de los 4 meses de enseñanza. Por tanto, si la música tiene una fuerte influencia en la plasticidad del cerebro, es posible que este efecto pueda utilizarse para mejorar el rendimiento cognitivo.

La práctica de tocar un instrumento mejora el estado anímico de los niños y su relación con los demás. La música es un medio de expresión y una consecuencia de ello es una buena autoestima. Si se forma parte de una orquesta o un grupo, la práctica mejora el trabajo en equipo y la disciplina.

 ¡Anímate y no te rindas!

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